Agosto 2014
Cuando preparé la tarta de multichocolate para el aniversario de Jordi (ver la entrada aquí) me quedé con las ganas de hincarle el diente ya que tenía una pinta estupenda.
Así que me decidí a volver a hacer la misma tarta pero esta vez para consumo propio.
Sin embargo, mi equipo de asesores me convenció de que si introducía alguna variante sobre la tarta podría aprovechar para hacer una nueva entrada en el blog.
¿Y qué hice? Pues dos variantes básicas:
1) Usar chocolate blanco en la cobertura y decorar con chocolate negro.
2) Rellenar con crema pastelera (casera, hecha por mí) en lugar de crema de cacao.
Rebané el bizcocho en tres trozos y lo rellené de crema de forma generosa.
Aquí podéis ver una vista lateral con la crema y todas las capas ya montadas.
Recordad el truco de forrar el bizcocho con crema de cacao para disimular las imperfecciones y lograr un asentamiento homogéneo para el chocolate glaseado.
Aquí ya podéis ver la cobertura con el chocolate glaseado blanco, para lo que utilicé el mismo truco que en el pastel original. (echadle un ojo si no lo recordáis)
Para acabar, decoré la tarta con trazas de chocolate, aunque en este caso no utilicé globos para conseguir formas esféricas.
Y en este caso sí que os puedo asegurar que esta tarta estaba para chuparse los dedos.
Yummmmmmm!!!!
Así que me decidí a volver a hacer la misma tarta pero esta vez para consumo propio.
Sin embargo, mi equipo de asesores me convenció de que si introducía alguna variante sobre la tarta podría aprovechar para hacer una nueva entrada en el blog.
¿Y qué hice? Pues dos variantes básicas:
1) Usar chocolate blanco en la cobertura y decorar con chocolate negro.
2) Rellenar con crema pastelera (casera, hecha por mí) en lugar de crema de cacao.
El procedimiento es el mismo que en el caso de la tarta de multichocolate normal, así que voy a ser bastante breve.
Aquí podéis ver el bizcocho base sin decorar.
Rebané el bizcocho en tres trozos y lo rellené de crema de forma generosa.
Aquí podéis ver una vista lateral con la crema y todas las capas ya montadas.
Recordad el truco de forrar el bizcocho con crema de cacao para disimular las imperfecciones y lograr un asentamiento homogéneo para el chocolate glaseado.
Aquí ya podéis ver la cobertura con el chocolate glaseado blanco, para lo que utilicé el mismo truco que en el pastel original. (echadle un ojo si no lo recordáis)
Para acabar, decoré la tarta con trazas de chocolate, aunque en este caso no utilicé globos para conseguir formas esféricas.
Y en este caso sí que os puedo asegurar que esta tarta estaba para chuparse los dedos.
Yummmmmmm!!!!